El sector de la seguridad privada sigue siendo una de las salidas laborales más sólidas en el panorama actual. A pesar de los cambios económicos y sociales que han afectado a otros sectores, la demanda de vigilantes de seguridad se mantiene estable e incluso ha aumentado en determinadas áreas estratégicas. Si estás considerando incorporarte a este campo, es fundamental que conozcas los requisitos actualizados, el proceso formativo, las oportunidades de empleo y los beneficios de especializarte en esta profesión.
Un mercado laboral en constante crecimiento
En los últimos años, la seguridad privada ha dejado de ser un sector limitado a centros comerciales o instalaciones industriales. Hoy en día, los vigilantes de seguridad son parte esencial de la infraestructura operativa de aeropuertos, estaciones de transporte, eventos públicos, hospitales y hasta centros penitenciarios. Esta expansión se ha visto reforzada por la entrada en vigor de modificaciones en la Ley de Seguridad Privada y por la mejora progresiva del Convenio Colectivo, que ha introducido incrementos salariales y una mayor claridad en las funciones del personal acreditado.
El avance de la tecnología y la digitalización también ha transformado el sector. Los sistemas de videovigilancia inteligente, el control de accesos biométrico y la gestión de riesgos mediante software han elevado el perfil del vigilante, exigiendo mayor preparación y capacidad de adaptación. Esto convierte a la seguridad privada en una carrera cada vez más técnica y especializada, pero también más valorada.
¿Qué funciones tiene hoy un vigilante de seguridad?
La figura del vigilante de seguridad en 2025 dista mucho del estereotipo tradicional. Ya no se limita únicamente a la vigilancia pasiva. Actualmente, puede desempeñar funciones como el control de accesos mediante identificación electrónica, la supervisión de protocolos de emergencia, el manejo de sistemas de videovigilancia en tiempo real, la coordinación con fuerzas del orden ante situaciones sospechosas e incluso la custodia de instalaciones críticas del Estado.
En determinados contextos, también puede actuar como refuerzo a cuerpos de seguridad pública, siempre bajo orden y supervisión, ampliando así su ámbito de acción. Esta evolución ha implicado una formación más completa y continua, algo que las empresas valoran como parte del perfil profesional del vigilante moderno.

Formación obligatoria y certificación profesional
Para acceder a esta profesión es necesario superar una formación específica en un centro homologado por el Ministerio del Interior. En 2025, el curso básico de vigilante de seguridad mantiene una carga lectiva de 180 horas, de las cuales al menos la mitad deben realizarse de forma presencial. Esta formación abarca aspectos legales, técnicas de protección, defensa personal, primeros auxilios y conocimientos técnicos aplicables al entorno laboral actual.
Una vez finalizado el curso y obtenida la certificación, el siguiente paso es presentarse a las pruebas oficiales convocadas por la Secretaría de Estado de Seguridad. Estas pruebas incluyen un examen teórico tipo test, centrado en el temario oficial, y una prueba física compuesta por varios ejercicios cuya exigencia varía según edad y género. Al superar ambas, se obtiene la Tarjeta de Identidad Profesional (TIP), que acredita legalmente para trabajar en el sector.
Requisitos para presentarse a las pruebas oficiales
Además de la formación y un certificado médico oficial, los aspirantes deben cumplir con ciertos requisitos legales: tener entre 18 y 55 años, poseer la nacionalidad española o ser ciudadano de la Unión Europea, estar en posesión del título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o equivalente, y no contar con antecedentes penales ni haber sido separado de ningún cuerpo de seguridad del Estado.
Estos requisitos no han cambiado significativamente en los últimos años, pero es fundamental mantenerse al tanto de posibles modificaciones que puedan surgir por nuevas disposiciones legales o reglamentarias.
¿Cuánto gana un vigilante de seguridad?
El salario de un vigilante de seguridad varía según diferentes factores: el tipo de jornada, el lugar de trabajo, los turnos nocturnos o festivos, la peligrosidad del entorno y la antigüedad en la empresa. Actualmente, el sueldo base promedio ronda entre los 1.200 y 1.400 euros netos mensuales, aunque puede superar los 1.600 euros cuando se acumulan varios complementos.
El nuevo Convenio Colectivo firmado recientemente contempla una actualización salarial escalonada para los próximos años, junto con mejoras en las condiciones laborales, días de descanso, formación obligatoria pagada por la empresa y reconocimiento de especialidades técnicas. Esto convierte al empleo como vigilante en una opción cada vez más competitiva frente a otros sectores con mayor rotación o menor estabilidad contractual.
Especializaciones que marcan la diferencia
En un mercado donde la competencia por los puestos es elevada, contar con una especialización puede ser determinante. Tras obtener la TIP, muchos profesionales optan por seguir formándose en áreas específicas. Algunas de las más demandadas incluyen seguridad aeroportuaria, transporte de fondos, vigilancia con escáneres y rayos X, control en infraestructuras críticas, eventos deportivos masivos y vigilancia con perros adiestrados.
La especialización no solo mejora las oportunidades de empleo, sino que además puede implicar una mejora salarial y acceso a mejores turnos o puestos de responsabilidad. Muchas academias, tanto presenciales como en línea, ofrecen estas formaciones complementarias con carga lectiva certificada.

Empresas con más salidas laborales
En 2025, empresas como Prosegur, Securitas, Eulen, Ilunion, Clece Seguridad, Loomis y Segurisa siguen liderando el mercado nacional. Estas compañías ofrecen contratos estables, formación continua, movilidad entre sedes e incluso acceso a oportunidades laborales fuera de España. Sin embargo, también existen empresas locales de menor tamaño que, en determinadas provincias, ofrecen condiciones muy competitivas y un trato más personalizado.
A la hora de elegir una empresa, conviene valorar aspectos como la rotación de personal, el cumplimiento del convenio, las oportunidades de promoción interna y la política de formación continua. Estar bien informado antes de aceptar una oferta puede marcar la diferencia en la calidad del entorno laboral.
El futuro del sector: estabilidad, tecnología y profesionalización
Trabajar como vigilante de seguridad en 2025 es mucho más que portar un uniforme. Se trata de una profesión en evolución, donde el compromiso, la ética, la capacidad de adaptación y la formación continua son claves. Con un marco legal que respalda su actuación y un mercado que sigue creciendo, el vigilante de seguridad se posiciona como un pilar fundamental para garantizar la protección de bienes, instalaciones y personas.
Invertir en una carrera dentro de la seguridad privada hoy significa apostar por un empleo con futuro, reconocimiento profesional y posibilidades reales de crecimiento.